miércoles, diciembre 18, 2019

La vez que conocí a Soledad

Esta historia es tan ficticia tanto como ustedes quieran creerlo y comienza mas o menos asi.


Érase una vez un muchacho tan desconfiado que dudaba hasta de de su propio origen y todo lo que este englobaba, como el que sus padres realmente fueran sus verdaderos padres, o sus hermanos fueran sus verdaderos hermanos. Dudaba de todo, siempre al pendiente de dia o de noche hasta de su propia sombra, el que una mancha oscura se adelantara a su propia figura era suficiente para voltear con sobresalto, muchas veces tanta desconfianza ayudaba a no meterse en problemas o no le salieran las cosas tan mal, pero muchas veces era una verdadera molestia para todos. Esta mania muchas veces lo obligaba a no tener amigos, y que decir de una novia, "una novia y en estos tiempos" -decia el; no era gay ni una loca, era solo que odiaba muchas veces lo que veia, mujeres dando el culo por una cheve o por pasear en carro del año, o en el peor de los casos por nada, simplemente por putear, esto no era siempre, a veces el disfrutaba de todo esto, pero al dia siguiente solo era vacio.


Un dia paseando por las campiñas de su noble tierra salina, se encontro con una muchachita de buena figura, su pelo estaba recogido, usaba lentes de aumento, ropa para ejercicio y tennis comodos, el iba caminando y ella venia trotando, ya cuando estaban a punto de encontrarse el muchacho levanto la cabeza y mientras ella trotaba lo observo, el inmediatamente sintio su mirada, se miraron, ella sonrio con alegria (muchos pudieran confundir esa sonrisa con coqueteria) era una sonrisa como cuando ves a alguien que no ves en mucho tiempo y quieres mucho (y no me refiero a un familiar) ellos no se conocian, el intento recordarla, pues a como lo miro parecía que asi era, se pregunto el muchacho: La conozco? trato de recordar alguna fiesta, una donde hubiera estado muy borracho, (que habian sido varias por no decir siempre, pues le habian roto el corazon y el muy pendejo creia que asi se iba a recuperar) pero por mas que trato no pudo recordar, ella paso por su lado, y sintio ese sentimiento raro, como cuando vas a exceso de velocidad en una motocicleta o un carro, y crees ver algo y no lo alcanzas a ver de lo rapido que vas, algo asi como vertigo, cada segundo que pasaba ellos se alejaban mas y el sintio la necesidad de hacer algo pero el vertigo no lo dejo, se frenó en seco, no queria voltear hacia atras, y si se habia ido ya??? y si era demasiado tarde??? y ahi estaba, parado como cuando jugabas a los congelados, sin poder moverse, en eso siente una mano que le tocaba la espalda y antes de poder voltear, escucho una voz que le decia:

-Hola, no te he visto antes???.

El sintio que le giraba la cabeza como cuando te mareas y se te nubla todo por unos segundos, que es lo que estaba pasando? Se preguntaba el, todo nervioso volteo a verla sin ninguna idea de que decir, entonces ella comenzo diciendo.


- Pasas mucho por aqui, verdad??? tienes siempre ese aspecto tan peculiar???


Ese aspecto tan peculiar??? Que pinche aspecto tan peculiar era al que se referia pensó, y muy dificilmente articulo


- A cual aspecto te refieres???


Preguntó un tanto consternado y emputado, digo a que chingados se referia ella, el mismo sabia y todos los demas que no era lo que se puede decir un brad pitt o un galan de esos de novela, en pocas palabras estaba fiero (o sea feo pues).


- A esa tristeza que se te nota a miles de kilometros, comento ella, con una de sus caras mas tiernas, de esa caritas tiernas como cuando ves a un cachorrito muriendose de hambre y sarna.


-Te conozco???


-No, no me conoces, pero siempre he tenido la curiosidad de platicar contigo, me llamo Soledad, gustas acompañarme a tomar algo frio???


- Esta bien porque no, penso; asentando con la cabeza un rotundo si, (porque chingados no le dije nada, que me esta pasando, minimo debi decirle: ok, pero yo invito, pensaba)


Y asi pasó, emprendieron el camino a una fuente de sodas, que estaba por ahi cerca, el caminaba siempre con la mirada hacia abajo y de vez en cuando la miraba sin levantar mucho la cabeza, ella sin embargo caminaba con mucha seguridad, y con esa sensualidad que solo una mujer podria tener, y vamos que tampoco estaba de mal ver, el a veces se retrasaba un poco en la caminata, y le echaba una miradita de vez en cuando, se dio cuenta en ese momento que era una cosita hermosa, delgada, cintura, un buen ejemplo de buenos genes plasmados en su trasero, el cual lo habia reforzado con años de ejercicio, y unos ojos que si te miraban por mas seguro que fueras te obligaban a voltear a otra parte, ya habian caminado como tres cuadras y no se habian comentado nada era como si se estuvieran comunicando telepaticamente.


En un momento de la caminata, voltearon a verse como si se extrañaran, como si los dos por curiosa obra del destino se hubieran enamorado a primera vista, ella ya lo habia visto y desde la primera vez sintio en su corazon que ese muchacho era para ella, sin importarle a que se dedicaba, que era lo que el pensaba, si era rico o pobre, su edad o su mismo nombre, el muchacho era la primera vez que la miraba, aunque ya habia pasado muchas veces por su lado era la primera que la habia observado, y sintio eso que nunca habia sentido, esa revoltura de estomago, y sensacion agradable como de brisa por debajo de la ropa (aunque la pinche temperatura estuviera a 40 grados centigrados), o esa taquicardia que sientes como si se te fuera a salir el corazon por la boca, estaban enamorados ya se habian dicho todo con los ojos, fue entonces cuando paso, se tomaron de la mano, no sabian porqueñe, primero comenzo con un pequeño roce entre sus dedos y poco a poco se hablaban con pequeñas caricias, se tomaron de la mano, como si se conocieran de mucho tiempo, como si se amaran, como si se tuvieran un cariño infinito.


Mientras caminaban ella le dio algo, nunca se dijeron nada, solo se lo dio, el lo recibio, estaba envuelto en papel celofan, el sin sortarla lo tomo con su otra mano, mientras cruzaban la calle, el muchacho sin querer solto el presente, y sin sortarla, detuvo un poco su paso para recogerlo.


Detras de ellos habia una casa de empeño, de la cual salieron 2 personas, eran asaltantes, salieron corriendo, todo fue tan confuso, era una alarma sonando, un guardia de seguridad gritando, y balas sin un objetivo en comun, nadie sabia que estaba pasando, cuando el muchacho levanto el presente, volteo hacia arriba,ella, hacia donde estaba el, y sin soltarse de la mano con la alarma sonando, el policia gritando, sonidos de armas de fuego y la gente corriendo en circulos, se quedaron mirando, rechinidos de carros se oian por todo el cruce de la calle.


Cuando los balazos dejaron de escucharse y la alarma dejo de sonar y el policia dejo de gritar, y solo se escuchaban gritos de gente y la sirena de una patrulla, solo Soledad permanecia inmovil, y de su mano permanecia el cuerpo inmovil del muchacho, el cual yacia inmovil a causa de una bala perdida, incrustada justo en su sien, tal vez si ese dia el muchacho no hubiera conocido a Soledad, si no hubiera aceptado la invitacion, si no hubiera aceptado su presente, o lo hubiera dejado caer, el estaria vivo y no estaria muerto en las manos de la Soledad.

jueves, julio 09, 2009

Caja Rapida

Que paso banda, mucho tiempo sin escribir, hoy les traigo una historia escrita por una amiga encubierta (es que dice que le da pena jajajaja) y no es por darselas a desear, pero esta larga la chingada historia, pero esta cool & nice, asi que ojala la disfruten.


Hace un par de años conocí a Antonio, un hombre de aparentes cuarenta años, que a pesar de su edad, era más excitante y atractivo que muchos chicos de mi edad; quizás lo que más me gustaba de el era esa sonrisa, la cual enmarcaba esa hilera de dientes perfectamente alineados y completamente blancos. Su cabello era negro y un poco largo, lo cual me decía que era un hombre rebelde, de esos que después de los cuarenta empiezan a sentirse como de veinte. De ojos color marrón, grandes y expresivos, con largas y rizadas pestañas. Su piel era más bien blanca, y en su rostro se podía divisar la aparición de algunas arrugas, que más que vejez querían decir: experiencia.

Experiencia es lo que siempre he buscado en un hombre, llegue a un punto de mi corta vida en la cual empecé a desechar la idea de salir con niños ridículos de mi edad. Me aburrían, o mejor icho eran demasiado reventados para mi gusto. Yo quería algo más tranquilo, que me diera seguridad y de una u otra manera, estabilidad. El era el hombre con el que dormía cada noche (al menos en mis mas recónditos y húmedos sueños) pero el, ni siquiera sabia que existía.

En ese entonces era una chica de diecisiete años, cabello rizado y castaño, ojos amielados y tez morena, de labios mordisqueables.

Un poco de mi historia cuenta que soy hija de un matrimonio con principios muy arraigados y esta de mas decir que si alguien hablaba de temas como la sexualidad o incluso un noviazgo era motivo para levantarnos muy temprano en domingo , bañarnos con agua muy helada y asistir a misa, así fuera junio o diciembre. Eso era solo un ejemplo de que tan persignados eran en casa, por eso pecar era mi pasión y por irónico que se escuche, creo que eso ocasiono que el morbo se despertara en mi a temprana edad. Iba en cuarto semestre de preparatoria, cuando me di cuenta de que algo no estaba bien en casa: mi padre había perdido su empleo y mi madre no sabia hacer otra cosa que no fuera cuidar de un hogar, así es que, como la mayor parte de las hijas me vi en la necesidad de salirme de la escuela y empezar a trabajar para ayudar a sustentar a la familia. Y así es como a mis diecisiete años pase a ser cajera de un super mercado ubicado en las cercanías de mi hogar.

Mi quinto día de trabajo transcurría normal, sin novedades aparentes, a excepción de que llovió como tenia mucho tiempo que no pasaba. Ese día llevaba una blusa con escote en v, lo que hacia que mis senos se vieran aparentemente mas grandes, un pantalón ajustado y a la cadera, que hacia mi trasero mas apetecible y un par de zapatos cómodos, por aquello de que una esta de pie todo el día.

Entonces llego Antonio, a quien podría considerar desde hace cuatro días atrás, mi cliente favorito, con su sonrisa enamora-tontas y una camisa que en cada movimiento se le marcaban sus brazos, brazos que siempre imagine que me acercaban a su dorso, mientras que con sus torneados muslos hurgaba en mi entrepierna. Deje de soñar y lo atendí con una amable sonrisa. El miro fijamente mis senos y me sonroje.

- Así que te llamas Andrea….dijo con voz ronca.
Y entonces me sentí tan tonta, realmente estupida porque en realidad me miraba fijamente para poder ver mi nombre….Asentí con la cabeza y prosiguió con esa voz fuerte, firme y varonil que tenia.

- Me llamo Antonio y sin el afán de ofenderte, me gustaría que aceptaras una invitación a tomar algo, un café quizás…. Con este tiempo, creo que nos caería muy bien….

No podía creer lo que mis oídos escuchaban: el, el hombre al que buscaba con la mirada, el que en mi basta imaginación me hacia suya una y otra vez, estaba invitándome a tomar un café. Mi corazón empezó a latir como nunca antes lo había hecho y mis manos me traicionaron y empezaron a sudar. En un instante tenia las manos tan mojadas como mis pantaletas.

- Salgo a las dos. Le dije en voz baja y sin mirarlo a los ojos.
- Entonces estaré aquí faltando cuarto para las dos.

Copio sus cosas y lo vi alejarse entre los anaqueles y el bullicio de las personas.

Mi compañera Susana, quien era mas perceptiva que bonita, pudo darse cuenta de lo que había ocurrido instantes atrás, tomo un pedazo de ticket y me lo mando con uno de los cerillos.

YA LA HICISTE ¡SUERTE!

Sin más, doblé el pedazo de ticket y lo metí en una de las bolsas traseras de mi pantalón, dirigí la mirada hacía ella y le guiñé un ojo, como diciéndole: Sí, ¡lo logré!

Era ya la una y media de la tarde, seguía lloviendo a cantaros y por un momento pensé que no iría, pero justo a la hora acordada lo vi bajarse de un BMW negro, con un paraguas en las manos, mientras caminaba a paso rápido hacía la entrada del centro comercial. Mi turnó terminó y yo subí apresurada por mis cosas. En realidad el café nunca me ha gustado, pero él sí, desde la primera vez que se cruzó en mi camino.

Íbamos caminando por el estacionamiento hacia su automóvil, caballerosamente abrió la puerta y yo me subí. Sentí su mirada penetrante posarse nuevamente sobre mi escote, solo que en ésta ocasión mi nombre ya no estaba a la vista. Rápidamente se apartó de mi lado y se apresuró a subir al coche.

- Y bien, ¿A dónde quieres ir? –preguntó.
- Dicen que el café que sirven cerca del parque es muy bueno…

Y escuchando música ochentera nos dirigimos a la cafetería que, como ya dije, esta muy cerca del parque. Se bajó, abrió mi puerta y me tomo de la mano. Cuando bajé, mi bolsa cayó al asfalto, y al mismo tiempo nos inclinamos para recogerla. Mi escote se prolongó un poco más y él se quedó estupefacto. Tomó el bolso, me lo devolvió y entramos a la cafetería.

- Un café americano para mi y para ella…
- Chocolate, por favor.

Encontramos una mesa un poco escondida en aquélla cafetería llena de personas, todas pidiendo lo mismo: algo para calentarse un poco de ése frío que se había soltado. Empezamos a platicar, y cuando él hablaba era como si estuviésemos los dos solos. Me platicó un poco de su trabajo, yo lo veía pero sin ponerle atención, solo imaginaba todas esas cosas que le podría hacer en tan solo un par de horas, poniendo como único límite las orillas de una cama.

Nos dieron nuestras respectivas bebidas, pero yo ya no necesitaba un chocolate caliente con crema batida y chispas de colores, con el calor que mi cuerpo despedía con solo verlo, sentir su aroma, el roce de sus manos con las mías, era mas que suficiente mi.

- ¿Nos vamos?
- Pero… pensé que nos quedaríamos aquí…
- Como gustes…

Se acomodó nuevamente en aquél sillón tapizado en piel, y yo me maldije: acababa de desperdiciar la posiblemente única oportunidad que tendría en toda la tarde de terminar en su cama, envuelta en sus sabanas y por supuesto sus brazos. Busqué desesperadamente un pretexto para poder decirle que nos fuéramos, pero mientras más con mas desesperación trataba de encontrar alguno, menos pensaba con claridad –Vamos Andrea, mira que eres lista… ¡piensa en algo! Cuando por inercia (o por lujuria acumulada), uno de mis pies se desnudó y empezó a acariciar lentamente su pierna… desde el pie hasta donde alcanzaba a tocar la punta de mis dedos. Pude sentir cómo su pantalón se ajustó un poco (o más bien mucho) y me pidió que nos fuéramos. Andrea, definitivamente eres inteligente, pensé.

Subimos nuevamente a su automóvil y se dirigió al norte de la ciudad, llegamos a un conjunto residencial y metió el carro a la cochera. Antes de bajar me tomó de la mano y me preguntó:

- ¿Estas segura de lo que vas a hacer?

Le respondí bajándome del auto y dirigiéndome hacía la puerta principal. Fue detrás de mí, abrió la puerta, me tomó por la cintura y empezó a besarme salvajemente, esa fue nuestra entrada triunfal. Los botones de su camisa a rayas quedaron dispersos por el suelo, mientras sentía sus manos estrujarme fuertemente las nalgas.

Acto seguido, ya estábamos recostados en un sillón de la sala. Desabrochó mi pantalón, introdujo una de sus manos y empezó a acariciar mi sexo con sus largos y delgados dedos mientras me daba pequeños pero fuertes mordiscos en el cuello. Con su otra mano, me quito la blusa y comenzó a acariciar mis senos y a darle unos esporádicos pellizcos en los pezones, los cuales delataban al instante, el grado de excitación al que había llegado.

Desabroché su cinturón y desabotoné el pantalón, cuando introduje la más traviesa de mis manos, palpé al instante diecinueve centímetros de carne que con ansias quería introducir en mi boca.

Él seguía jugando con mi clítoris, mientras me besaba el cuello y mordisqueaba mi oreja en intervalos de aproximadamente seis segundos. De pronto sentí que su lengua empezaba a bajar hasta que tuvo en su boca mis senos, besaba el derecho y después el izquierdo y yo, seguía palpando ese trozo de carne que tanto me había gustado.

Todo iba de maravilla, sentía tanta humedad entre mis piernas que hubiese deseado que me penetrara de golpe, y lo deseaba, pero de antemano sabía que quizás esa experiencia no se repetiría y no quería que terminara tan pronto.

Nos pusimos de pie y empezó a bajar mi pantalón, y quedó al aire una pequeña tanga roja con encaje negro. Ya estaba yo semidesnuda y él, muy caliente. Con una mano me tomó por la cintura, de golpe me volteó y entonces comenzó a besar mi nuca. Bajó poco a poco, besó mis hombros, y pasó su lengua justo por en medio de mi espalda… de arriba hacía abajo y de regreso, una y otra vez hasta que sentí una fuerte mordida en la nalga izquierda.

Me quitó por completo el pantalón, tenía el suyo en los pies y también se deshizo de él. Me puso nuevamente de frente a él, y terminó de desnudarme para entonces tomarme por la cabeza y dirigirla hacía su pene.

Posé mis labios sobre su miembro y empecé a chuparlo lentamente, a un ritmo lento pero constante, iba aumentando la velocidad poco a poco, hasta que sentí la punta en mi garganta… La saqué de mi boca, estaba llena de una extraña mezcla entre mi saliva y su semen, pasé la punta por toda mi boca, después mi lengua por el tronco, al mismo tiempo que con la yema de los dedos de mi mano, masajeaba sus testículos.

Me quitaba a ratos y me mantenía en cuclillas mientras observaba detenidamente ese líquido seminal que emanaba y me volvía loca al saborearlo. Antes de volver a introducirlo a mi boca, me tomó por la cintura, me levantó y llevó cargando a la mesa del comedor, que no se encontraba a más de diez pasos de la sala.

Estaba ahí, acostada sobre la mesa, mientras se inclinaba hacía mi vulva mojada. Rompió la diminuta prenda que me cubría, y la aventó hacía atrás. Sentí como su lengua jugueteaba con mi clítoris, mientras sus manos me apretujaban los muslos y los glúteos, un conjunto de caricias que jamás había experimentado antes. Mis gemidos cada vez se volvían más agudos, y poco a poco se fueron convirtiendo en gritos silenciosos, como cuando quieres gritar con todo lo que tienes, pero por la adrenalina se te escapa la voz.

Sentía su aliento caliente en la entrepierna y de golpe introdujo un par de dedos en mi dilatada vagina. Pude sentir cómo los metía y sacaba rápidamente, y aunque al principio fue brusco y experimenté un poco de dolor, después le encontré el gusto. Sacó los dedos mojados y los llevó directamente a mi boca, en donde los recibí y acogí con mis labios.

Me preguntó si estaba cómoda y me gustaba, entre gemidos y con la voz entrecortada le respondí que sí y él sin decir nada se puso de pie y puso su pene en la entrada de mi vagina. Jugueteó un poco y después la introdujo toda de un solo golpe.

Cuando la sentí adentro, experimenté una clase de orgasmo: mi cuerpo entumido, y escalofríos a lo largo de mis piernas, encogí los dedos de los pies. No era un orgasmo, pero amé esa sensación.

Puso mis piernas sobre sus hombros y seguía embistiéndome con tanta fuerza y rapidez que solo podía escuchar el golpeteo de sus testículos sobre mis glúteos y nuestros silenciosos gemidos. Se detuvo, pero seguía adentro de mi. Lo sacó muy lentamente y cuando ya estaba casi toda afuera, volvía a penetrar con fuerza. Hizo esto alrededor de tres ocasiones, a la cuarta clavé mis uñas en mis piernas, tan fuerte que no solo quedaron marcadas, sino que aparte salió un poco de sangre.

Nuevamente caímos en el sillón, solo que en ésta ocasión yo tenía el control: lo senté de un empujón, abrí mis piernas, tomé su miembro con una de mis manos y lo coloqué en mi abertura y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba nuevamente dentro de mi. Mis senos en su cara, sus manos en mis nalgas, mi boca mordisqueándole el lóbulo de la oreja y mis manos recargadas en el respaldo del sillón para poder cabalgar con más facilidad. Mi rizado cabello ahora cubría mi cara llena de placer y caía sobre su espalda.

Pasados unos minutos, comencé a sentir un electrizante pero apaciguante calambre por todo mi cuerpo, y el de él parecía tener el mismo efecto. Me tomó por las caderas y con toda su fuerza me levantaba y volvía a sentar sobre su pene. Una y otra vez, la siguiente mas fuerte que la anterior.

Hasta que en un instante, no pudimos mas: el líquido expulsado de su cuerpo y el mío se hicieron uno solo, como si de una cascada de placer se tratara. Sentía dentro de mi cómo palpitaba su pene al expulsar torrentes de semen, y seguramente el sintió como mi vagina se contrajo al momento del orgasmo. Solté un pequeño grito de placer, mientras él me tapaba la boca con sus manos impregnadas con mi aroma.

Me levanté, y vi cómo sus diecinueve centímetros se convertían en diez, quizás menos. Había logrado dormir nuevamente a la bestia. Recogí mi ropa y mientras él me observaba me vestí. Me pidió que me sentara junto a él y como buena oveja que soy, obedecí. Me recosté sobre su hombro y besó mi frente al momento que me preguntaba:

- ¿Nos vamos?

Nuevamente sin contestar tomé mis cosas y me dirigí a la puerta. Esta vez no hubo entradas con besos desenfrenados, todo fue tranquilo y en silencio. Iban a dar las seis de la tarde y nos subimos nuevamente al auto, en donde aún seguían nuestras bebidas, solo que ya no estaban calientes, como si en nuestra ausencia el café americano y el chocolate hubieran tenido el mejor sexo de su corta vida, al igual que yo. Sonreí inevitablemente, y mientras recogía mi cabello él echó a andar su flamante BMW de regreso a la cafetería cercana al parque.

El día estaba húmedo y yo también; la diferencia es que esa tarde fue mío lo que tanto había deseado: su experiencia, su cuerpo, él; y el día… seguía húmedo.



Espero que les haya gustado mucho esta historia, si ya se que es muy diferente a lo que escribo pero pues asi hago tiempo pa poner algo mio, como siempre palomilla espero y comenten aunque sea mal jajaja, nos vemos hasta la proxima historia..... ah ah ah ke dijeron y como ya es costumbre la frase de final del blog que hoy dice mas o menos asi: Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada.

jueves, junio 04, 2009

Pistacho, queso, nuez y sangre chantilly

Los personajes y nombres aqui usados son meramente ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)

Todo comienza un 10 de mayo cuando nuestro jovencillo aventurero, en el cual se centrara esta historia (al cual llamaremos tako para proteger su identidad) despierta después de agitados dias en el kairo donde vivió grandes aventuras (pero de eso hablaremos después) y lo primero que mira es el calendario, y entonces se da cuenta….oh no, dice, es 10 de mayo dia de las madres y no tengo que regalarle a mi mama, revisa su cartera y lo confirma no tiene ni un quinto, dobla el carton donde duerme y guarda muy bien los periodicos con los que se cobija y piensa, como hare para regalar algo a mi madre, su madre ya estaba despierta dandole duro a la venta de rosas, ese dia durmieron en el puente de la 8 pa comenzar la venta de rosas desde muy temprano, pero a tako se le habian pegado las cobijas, mas bien los periodicos.

Tambien estaba Lucrecia una jovencilla muy bonita, de unos 16 años aunque se veia un poquito mayor para su edad, alta, piel bronceada, pelo rizado, delgada y ojos color miel. Ella es hermana de tako una chikilla coqueta, sexy y hasta cierto punto provocadora por las ridículamente cortas minifaldas que usaba, que no se sabia si eran por la pobreza en la que vivian o era solo para provocar a los hombres con el pretexto de que asi tenia mas ventas, cuando en realidad habia mas de transfondo pero eso se los contare después ahora a lo que vamos. Ahí estaba tako pensando, y dice: “lo que saque de la venta de rosas sera muy poquito y la mayor parte de ella sera para don Lupe”. Para esto hablaremos de Don Lupe, Don Lupe era un ser despreciable y mezquino el cual controlaba varias de las calles de la paz en lo que se refiere a la venta de flores, el mal nacido para obtener un poco mas de dinero metía pequeños envoltorios de cocaína y las vendia a 200, el es un tipo de baja estatura, prieto, ceja amplia y sudoroso, siempre trae un pantalon a cuadros rojos tipo escoces acampanado y una camiseta de rayon la cual el creia le daba distinción.

Don Lupe de la venta total de las flores de cada familia daba un pequeño porcentaje a los vendedores, la cual solo les alcanzaba para comer unos humildes frijolitos y una pequeña racion de tortillas, era un ser despreciable el cual se beneficiaba de la gente humilde. Tako estaba harto de todo esto pero no podia hacer mas, es lo que se llama un total inútil y para lo unico que era bueno es para decir “una rosa pa la señorita señor”, pero ese dia iba a hacer algo que su madre y Lucrecia a pesar de lo puta que era esta, no se atreverian a hacer, venderia rosas con droga para obtener un dinerillo extra y comprarle algo a su mamacita. Para esto tenia que contactar al “shito” un tipo de muy mal ver, mano derecha de Don Lupe el cual gracias a su gran estatura y fuerza, mantenía a raya el negocio y no dejaba que nadie se interpusiera en el negocio chueco de Don Lupe. Tomo un ramillete de flores, diciendo a su madre que iria a otra calle alterna para no estar todos amontonados en una misma calle, asi emprendió su camino en busca de dicho sujeto. Lo primero que pensó tako fue: “de segurito esta en el santuario hacia allá iré” y así lo hizo, primero caminando, luego trotando y después corriendo, las flores que llevaba en las manos se desojaban en su loca carrera pero esto no le importaba el solo soñaba en darle el regalo a su mamacita, fue asi como rapidamente llego con el quesitos, nombre que se le dio a este personaje por su terrible olor a pies, olian a queso podrido después de echarse una cascarilla de futbol, tako pregunto al quesitos que si habia visto al shito, este le contesto que si, que estaba fumándose un gallito con rosita, la chika quería le gustaba a Tako.

Tako sabia perfectamente donde el shito y rosita fumaban yerba y se tocaban, al “shito” le molestaba que lo interrumpieran cuando estaba con rosita y eso Tako lo sabia , pero tambien sabia que los negocios para el shito eran mas importantes. Aunque las mujeres lo eran todo para el "el shito" tenia sus prioridades, Tako se acerco al terreno baldio donde el se encontraba, este terreno constaba de una casa semiconstruida y escombro, tako comenzó a gritar: shitoooooooooooooo, una vez basto para que el shito saliera, con los ojos rojos, enfurecido y molesto, bufando cual si fuera un toro, lo habian molestado mientras estaba con rosita, “shito shito” no te enojes vengo a hacer negocios, de esos que ya sabes que onda le dice el tako, la cara de shito cambio, pero sus ojos seguían estando rojos, - y que es lo que quieres le dice el “shito”, - quiero vender rosas de 200 dijo el tako, necesito dinero extra pa comprarle algo a mi mamacita, el shito comenzó a reir y dice: - no seas mamon tako y que le vas a comprar, un carro???, no mames. - No, comenta tako totalmente awuitado, mientras sale rosita totalmente drogada alarmada por las risas producto de las burlas del shito sobre tako, - son para comprarle un pastelito esa es su ilusión, decia, mientras mantenia la mirada atenta sobre rosita la cual se veia hermosa con sus pantalones ajustados y su blusa blanca translúcida. Con que un pastelito eh pendejo decía el “shito” mientras lo golpeaba en la cabeza, ira wey te voa dar chanza, y sabes por que? Nomás porque me gusta tu carnala la Lucrecia, pero necesitas prometerme algo, le dijo el shito necesito que me la traigas para aca mañana, que ondas se hace??? Esta bien dice tako, segado por cumplir el deseo de su jefecita. -Esta bien wey, toma, ahí te va una docena de flores, tako las toma y emprende su aventura como puchador.

Para una rapida venta de sus flores, se estableció en uno de los cruces mas transitados de la cd., para esto el shito ya habia pasado la voz que habia un nuevo pucha, este es un pueblo chico y la voz corre rapido, no habian pasado ni 10 minutos que tako se habia establecido en esa esquina cuando se le estaciona aun lado una pick up, la cual abordaba Ramon, un ranchero de pocas pulgas el cual siempre llevaba putas en el carro, por supuesto que el no se bajo, mando a una de sus nenas, la Sharon, una belleza angelical, pelo dorado como el sol, ojos verdes, hermosos y un cuerpo envidiable se bajo y le dice al tako: dice el ramon que si le das 4 rosas de 200, la voz de sharon era hermosa y provocaba sensaciones inexplicables, el solo oírla hablar hacia que se te enchinara el cuero, su voz y cuerpo eran todo sensualidad, sin duda el Ramón no se la merecia, tako babeando le entrego las 4 rosas y recibe 800 y un beso en el cachete de tan sensual y bella mujer, tako en su vida había visto tanto dinero en su mano, lo guarda celosamente en su bolsillo y siguió con su venta, feliz por el dinero y el beso recibido de la bella mujer, sonrie y grita “floreeeeeeeeeeeessss”, en eso observa a lo lejos y divisa al Cleto, el wey mas gollete de toda la comarca, Tako se asusta y dice: este wey me va a obligar a que le fie un wato, pero nel no se va poder, piensa, mientras Cleto se acerca saludandolo -ke paso mi tako, mientras tako esconde la mercancía, -ke paso Cleto, -oye me dijeron ke estabas vendiendo nieve de la buena, - nel pastel carnal, dice tako, viste aquel ranflon bien padrote que acaba de pasar? ah pos era el del Ramon y me compro todo. – shale wey, que buena suerte pa ti y mala suerte pa mi, yo que traia un buen de feria, Cleto se meta la mano a la bolsa y saca un fajon de billetes, 20 minutos antes el Cleto habia asaltado a un viejo con mal de parkinson que iba de compras a “la ley” es lo unico que podia asaltar ese wey, pues las drogas lo habian consumido, tako se quedo impresionado y le dijo: ira dime cuanto traes y te doy un poco de lo que tengo aqui apartado pa un cliente especial, Cleto le contesto – shale pinche tako desconfiado pos traigo 400 exactos, - pos ira te alcanzan pa dos rositas especiales de poder, arre dijo el Cleto mientras hacían el intercambio, Cleto le entrega el dinero y antes de entregarle las rosas, Tako se pone trucha y cuenta el dinero y dice: shale Cleto nomás hay 300 – jajaja (rie Cleto) no perdonas nada tako y le da los otros 100 mientras tako le entrega las dos rosas. Cleto se retira y tako sonreía cada vez mas, el negocio iba viento en popa ya solo le quedaban 6 rosas por vender y no llevaba mas de 20 minutos ahí, poco a poco tako fue deshaciéndose de las rosas con la gente que iba pasando, habían pasado 2 horas que había llegado ahi, y solo le kedaba una rosa por vender, nomás vendo esta y le voa llevar su pastelito a mi jefecita shula pensaba, en eso que pasa “el risas forever” un paletero que siempre reia, pero no era cualquier risa, era una risa enfermiza, así lloviera, tronara, hiciera mucho sol o no, el sonreía, tanto que daba miedo, se para aun lado de tako y voltea con su sonrisa espeluznante y dice: dame una jijiji (rie) rosa. Tako se la da con un poco de temor y recibe una bolsa llena de monedas de a peso, la cual acepto y no se atrevió a reclamar por el aspecto y misticismo que causaba este sujeto. Todo estaba listo, tako había completado la venta, corrió rápidamente con el shito a entregarle el dinero lo ke se suponía eran $2,400.00, Rapidamente llega con el shito a reportarse a lo que este se impresiona por lo rapido que vuelve y dice – a pinche Tako ahora que kieres – pos ya vendi todo shito, aqui esta el dinero. Shito no lo podia creer, Tako habia vendido dos docenas de rosas en menos de 3 horas era algo impresionante, Shito le dice: - ira Tako hoy estuviste bien, no te iba a dar nada, pero ira nomas pa que veas que soy “guena onda” ahí te van 250 pa que le compres algo bien shido a tu mami.

Tako no lo podia creer, tenia 250 en su mano, los cuales le pertenecian completamente, estaba tan contento que dijo para si mismo: ora si mamá ire a comprar tu regalo, se dirigió rápidamente a una de las reposterías mas caras de la ciudad, la cual le habia mencionado su amiga karla, una chica de gustos extraños y excéntricos la cual vivía de sus recuerdos mal sanos de sus exnovios, le gustaba vivir asi, puesto que ya era vieja y no podia sostener siquiera una relación de 20 minutos con ningun hombre, pero ella no es parte de esta historia de ella hablaremos después, llegando a la famosa repostería se para frente al aparador, la vista era magnifica todos los recuerdos de las mujeres hermosas se habían borrado de su cabeza al ver todos esos deliciosos manjares, su estomago rugía como león reclamando su territorio, pero esto no le importaba a nuestro pintoresco amigo, el iba por un pastel pa su jefa, se acerco con la chica que atendía y empezó a preguntar los precios, estos alcanzaban hasta 600 pesos, tako queria el mejor pero tenia poco dinero, así que centro su mirada en uno de ellos, no era el mejor pastel pero tampoco el peor y su tamaño no era malo, era un pastel de pistache con queso y nuez, se veia riquisimo se acerca a la muchacha y le dice: a cuanto el pastel y esta le dice 250 muchacho, no lo podia creer, era justo lo ke llevaba, a lo que el responde: me lo llevo señorita, entrega el dinero sin remordimiento y recibe el pastel, ahora solo faltaba darselo a su mama, camina varias cuadras puesto que ya no le quedaba pal camion, en el camino la gente lo miraba y el caminaba con orgullo, llevo el regalo de mi ama pensaba. Le faltaba muy poco para llegar con su mamá, cada vez aceleraba el paso mas y mas, de repente de entre los autos, divisa a su madre vendiendo flores, el corre feliz a darle el pastel mientras gritaba “ira ama, ira lo ke te traje” en eso un camion conducido por uno de los tantos e inconscientes borrachos de la cd, que se habia quedado festejando el famoso “dia de las madres” desde un dia antes, sin siquiera percibirlo, atropella a nuestro amigo, eso era todo un desastre, aun en marcha este camion lo seguia destrozando, pastel y tako eran una misma cosa, chantilly, nuez, pistacho, queso, sangre, pelo y carne machacada se mezclaban, rápidamente el lugar se volvió un circo con olor a letrina, eso era nauseabundo y pintorezco, nadie podia imaginarse tantos colores y olores, en eso los perros de la cuadra, corren a probar toda esa gama de sabores, tako y pastel estaban siendo ingeridos por gatos y perros, mientras su madre lamía un poco de chantilly de su cachete mientras pensaba “a que güeno era mijo”.

Espero les haya gustado mi historia y espero también recibir sus comentarios (la cantidad de historias sera proporcional a los comentarios que ustedes pongan, mas comentarios, mas futuras historias) me despido no sin antes mencionar la frase del dia, que dice mas o menos asi: "El mal es inevitable y en muchas ocasiones se lo deseamos a alguien... ¿o no?.

miércoles, junio 03, 2009

Lo mas chevere que hay

Gente como están??? Les doy la bienvenida a lo que sera el blog mas diverso que han leido en su vida, en el se hablaran de muchos temas y también habrá cuentitos warros, pero divertidos, así que los invito a que revisen este blog semanalmente o anualmente como sea, por hoy los dejo con un antiguo cuentito escrito por mi el cual gano muchos premios como el ya muy famoso "INTERNATIONAL BLACK KISS AWARD" que lo disfruten.
 

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